viernes, 24 de abril de 2009

Tailandia

El primer ministro tailandés levanta el estado de excepción
El Ejército tomó las calles hace dos semanas para frenar las protestas antigubernamentales

El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, ha levantado el estado de emergencia impuesto como consecuencia de las últimas protestas antigubenamentales, prometiendo además reformas constitucionales para resolver la crisis política en la que se ha sumido el país, con quejas prácticamente continuas.
El mandatario anunció la decisión en el Parlamento después de un debate prolongado y tras el que el Gobierno explicó que el fin oficial del bloqueo "tiene que ser publicado en el Boletín Real".
El estado de emergencia fue impuesto hace 12 días a raíz de las violentas protestas en las que tomaron parte miles de personas. Dos ciudadanos murieron durante estas marchas, mientras que en torno a un centenar resultaron heridas.

El jefe del Ejecutivo sostuvo que es "sincero" cuando pide la reconciliación nacional. Como muestra de sus buenas intenciones, anunció la creación de una comisión independiente que investigará los últimos hechos violentos, tanto los ocurridos en Bangkok como los registardos en la localidad de Pattaya.
Los simpatizantes del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, actualmente en el exilio, acusan al actual Gobierno de usar técnicas represivas contra los manifestantes. Los camisas rojas, como se autodenominan, vieron cómo tres de sus líderes fueron detenidos, al tiempo que la policía sigue tratando de localizar a otros cabecillas.

domingo, 12 de abril de 2009

Sudafrica

Zuma, el Reagan surafricano
El próximo presidente del país es un líder carismático y populista


Jacob Zuma es un tradicionalista zulú que dejó el colegio a los 12 años. Se ha divorciado dos veces, pero aún tiene cuatro esposas y, según dicen, está a punto de casarse con una quinta; y ha tenido, que se sepa, 18 hijos. En los seis últimos años se le ha acusado (sin que prosperara judicialmente) de violación y de fraude, y de aquí a 10 días será elegido presidente de Suráfrica. Dado que es el candidato del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC, en sus siglas en inglés), el de Nelson Mandela, no hay nada, fuera de la mala salud o una muerte inesperada, que impida que Zuma, de 67 años, se convierta en líder del país más rico y democrático del continente africano.
La principal revista política de Suráfrica, The Financial Mail, resumió un sentimiento muy compartido, dentro y fuera del país, cuando publicó el año pasado en su portada una fotografía de Zuma con una advertencia en letra grande: "Tened miedo". Los responsables de la revista se acordaban, seguramente, de otra imagen que inquieta a muchos surafricanos, sobre todo a los blancos: Zuma, sobre un escenario, vestido con un atuendo zulú de piel de leopardo, con una lanza en la mano y cantando la canción Traedme mi ametralladora.
EL PAÍS entrevistó hace poco en Johanesburgo a Zuma y otros personajes destacados del ANC y encontró que, aunque el capital de idealismo acumulado durante la era Mandela se ha disipado, la idea de que Zuma vaya a convertirse en un déspota de caricatura al estilo Robert Mugabe es exagerada. En primer lugar, por el contexto político en el que actúa. En Suráfrica hay libertad de prensa y una oposición política que se deja oír; existe un poderoso movimiento sindical y una sociedad civil vibrante, virtudes que no se detectan en Zimbabue.
En cuanto a la salud del Estado de derecho, cuestionada esta semana por la decisión del fiscal general de sobreseer la causa contra Zuma por fraude, sigue siendo con mucho más robusta que la de México, un país de características económicas similares. En segundo lugar, Zuma no ha dado de momento señales de ser ni fanático ni un tirano. En persona, es más gato casero que leopardo.
Cuando entona su canción de la ametralladora lo hace con una sonrisa cómplice, no en plan amenazador, y cuando uno se encuentra con él descubre que es de risa fácil y actitud afable, en contraste con su predecesor, Thabo Mbeki, un hombre frío, estirado y acomplejado, que se vio forzado a dimitir el año pasado. Y, también a diferencia de Mbeki, de intelectual no tiene nada. Zuma es el primer presidente del ANC, desde la creación de la organización en 1912, que carece de título universitario. No es un Mbeki, ni muchísimo menos un Obama. No tiene ideas claras sobre nada, salvo un apego general a los valores fundacionales del Congreso Nacional Africano de la justicia social y el no racismo. Como presidente, será un Ronald Reagan de centro izquierda, un portavoz nacional con una habilidad innata para conectar con sus compatriotas más que un dirigente que elabore políticas o defina ideas.
No intenta pasar por lo que no es. "Soy dirigente del Congreso Nacional Africano porque sus miembros opinan que creo en los principios del partido", dijo en la entrevista. "¿Por qué voy a decir, cuando me elijan: 'Muchas gracias, ahora ésta es mi idea? ¡No puedo hacer eso! Sería traicionar a los miembros del ANC".
Zuma no se inmutó al sugerirle que, en un periodo de crisis económica mundial, quizá era necesario un líder que mostrase capacidad de liderazgo, que sacase su lanza y mostrara el camino, en vez de escudarse tras el programa de su partido. La analogía le gustó; soltó una risa y contestó: "La gente se equivoca al atribuir las estrategias políticas a las personas cuando no son obra de las personas, son del Congreso Nacional Africano. Así que no creo que deba presentarme y decir a la gente: 'Ésta es la política económica del ANC, pero no os preocupéis, esta otra es la que yo voy a defender'. ¡No puedo hacer eso!".
Había otros candidatos posibles a la presidencia del Congreso Nacional Africano (y, por consiguiente, de la nación) con muchas más credenciales como líderes, pero, por motivos de luchas políticas internas, Zuma acabó siendo la imperfecta opción de compromiso. En un país que, en general, observa cuidadosamente las formas de la corrección política, cuyos anteriores líderes, como Mandela, eran ávidos defensores de los derechos de la mujer y en el que un tercio de los diputados parlamentarios son mujeres, tener a un polígamo al frente resulta extraño, como poco.
Una persona cuyas opiniones y decisiones influirán en las vidas de los surafricanos, más que las de Zuma, es el ministro de Finanzas, Trevor Manuel, a quien algunos ven como vicepresidente en el próximo Gobierno del ANC. Manuel, de tendencia marxista en sus días de activismo antiapartheid, es hoy un hombre hábil y pragmático admirado por sus homólogos en Occidente. Sus posiciones económicas desmienten a quienes, en el mundo empresarial, temen que Suráfrica se encamine hacia un modelo dictatorial o socialista. Peleado con el movimiento sindical, está a favor de fomentar la creación de empleo para los jóvenes dentro de una economía de libre mercado, aunque eso signifique rechazar las demandas de conservar los puestos de trabajo a perpetuidad para los miembros de los sindicatos.
Manuel, muy posiblemente el verdadero dueño del poder en un Gobierno de Zuma, se inclina por una visión optimista del futuro. "Para mí, lo importante es la sensación de que Zuma quiere demostrar que no hace falta nacer con los privilegios para ser capaz de hacer cosas. Por eso creo que hay grandes probabilidades de que triunfe en el Gobierno, sobre todo si no existen demasiadas capas entre él y quienes pueden serle útiles, si está bien asesorado. Una de sus cualidades es que es consciente de lo que no sabe".
El dilema de Zuma es que uno de los grandes retos del ANC es la lucha contra la corrupción, sobre todo en las instancias inferiores de la Administración. En los últimos años, los periódicos han estado llenos de noticias, entre otras cosas, sobre concesiones dudosas de contratos por parte de ayuntamientos del ANC. Y aunque el principal mensaje de su campaña electoral ha sido que se castigará con todo el peso de la ley la corrupción entre los cargos electos, Zuma ha pasado los últimos seis años librando una batalla legal tras otra, primero por una acusación de violación (tuvo que someterse a juicio; fue absuelto), y segundo, por una de abuso de poder para enriquecerse.
Manuel subrayó a EL PAÍS que la suma en cuestión era una nadería (unos 40.000 euros, dijo, aunque según otros la cifra asciende a 250.000) en comparación con las fortunas adquiridas de forma sospechosa, entre otros, por banqueros estadounidenses, algunos de los cuales se han dedicado a redecorar sus despachos y comprar aviones privados con el dinero de rescate concedido por el Gobierno de EE UU. "Además, tiene que tener en cuenta nuestro sistema. Hay países en los que el jefe del Estado llama al Banco Central y pide dinero", explicó Manuel, en alusión a Robert Mugabe. "Aquí sería impensable rebajarse a ese nivel. Porque el sistema está ahí y es sólido".
Como también lo es, cree Zuma, el sistema legal. Cuando le acusaron de violación y fraude, era el vicepresidente del país, el segundo más poderoso del Gobierno detrás de Mbeki. Sólo en una democracia "madura", según Zuma, se podía obligar a una persona con un cargo tan alto a dimitir y hacer frente a las acusaciones. "¡En otros países, para empezar, no se habría inculpado al vicepresidente del país, hermano!", exclamó en la entrevista, con otra de sus grandes sonrisas. "¡No se habría hecho! Ni mucho menos se le habría sometido a un juicio público... Nos enteramos de que están investigando a Zuma, y el partido político más poderoso, el ANC, dice: dejemos que el proceso legal siga su curso. Si yo fuera periodista, diría que en la punta sur de África hay una democracia arraigada y comprendida por las masas; una democracia en la que nadie está por encima de la ley".
El hecho de que la principal autoridad fiscal del país haya desestimado esta semana los cargos contra Zuma ha causado controversia, pero él se esfuerza en dejar claro que ha sufrido un infierno legal hasta llegar a este momento, que ha corrido peligro de ir a la cárcel (de manera injusta según él, debido a la maldad de sus enemigos políticos) y de caer en el olvido. En la entrevista reconocía que la nube de corrupción que pende sobre él es perjudicial para la causa electoral del ANC (y seguramente costará muchos votos), pero que nunca pensó en dimitir como presidente del partido, un cargo para el que fue elegido hace 16 meses.
"Si la Constitución del país dice que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, ¿es que vamos a no respetar ese principio porque hay una nube? ¿Por qué hay que obligar a un individuo a que se haga el haraquiri sin saber si es inocente o no? ¿Cuántos tendrán que hacérselo si emprendemos esa vía? ¿Por qué juzgar un caso antes de que se someta a juicio? Y el hecho de que no quiera hacerme el haraquiri se debe precisamente a que respeto ese principio. No podemos dejar de respetarlo porque nos conviene políticamente", añadió Zuma.
El presidente saliente del ANC y sustituto temporal de Mbeki, Kgalema Motlanthe, no siente especial afecto por Zuma, con quien ha librado batallas políticas internas. Pero está de acuerdo con su argumento esencial. El debate interno había sido entre la lógica electoral pragmática de pedir a Zuma que se retirara de la carrera y el clamor para luchar contra lo que se consideraba una injusticia. "Creo que, si nos hemos pasado", dijo Motlanthe, "nos hemos pasado por el lado bueno, porque me preocuparía terriblemente que la gente sintiera que estaba cometiéndose una injusticia y no estábamos haciendo nada para resolverla".
El gran error en tiempos de Mbeki, bajo cuyo mando trabajó Zuma durante seis años como número dos, no fue la corrupción, sino la negligencia oficial respecto al sida. Cinco millones y medio de surafricanos tenían el virus, y 900 morían a diario. El presidente Mbeki ignoró casi por completo el problema. ¿Qué opina Zuma? ¿Debería procesarse a Mbeki? ¿Debería pedir perdón el Congreso Nacional Africano por los errores cometidos, al menos? "No, no creo", respondió, con una risa inapropiada, para luego seguir en un tono menos enérgico, menos claro y menos convincente que cuando hablaba de la postura del ANC sobre sus penalidades judiciales o el principio de la ley. "Hemos trabajado bastante bien sobre el asunto del sida... La gente tiene que diferenciar entre las opiniones de Mbeki y las políticas del Gobierno, que fueron de amplio alcance... Hubo demasiado politiqueo a propósito del VIH y el sida".
Zuma siguió hablando durante un rato de esta manera enredada y confusa. Era como si a Ronald Reagan, en una conferencia de prensa, le hubieran hecho una pregunta para la que sus asesores no le habían preparado.
Lo que le salva a Zuma es que Barbara Hogan, la ministra de Sanidad nombrada por el Congreso Nacional Africano cuando Mbeki dejó el cargo el año pasado, ha dicho públicamente que ella sí se siente "avergonzada" de una política oficial sobre el sida que durante el Gobierno de Mbeki desembocó en 365.000 muertes evitables por la enfermedad, según un estudio de la Universidad de Harvard. "La era de la negación de la realidad", ha declarado Hogan, "se ha terminado por completo en Suráfrica".
Zuma carece de la claridad y decisión para hacer una afirmación incluso tan obvia y necesaria como ésta. La cualidad que más le distingue, y le salva, es un cierto encanto personal. Lejos de provocar rechazo u hostilidad, la impresión que transmite tras pasar una hora con él es de haber estado en presencia de un niño grande, simpático y elocuente. Un niño del ANC, que ha mamado a los pechos del ANC, que ha aprendido todo lo que sabe en la escuela del ANC. Se habría podido decir algo parecido de Reagan, otro niño grande criado en la escuela de la derecha dura del Partido Republicano. Reagan, según su gente, tuvo mucho éxito porque como presidente de Estados Unidos se limitó a desempeñar el papel de portavoz y, a veces, risueño embajador. El trabajo de gobernar lo dejó en manos de otros. La posibilidad de que Suráfrica, con Zuma, siga siendo rica, para los criterios africanos, y democrática, para los criterios generales, dependerá en gran parte de que él haga algo parecido; de que tenga la madurez política de la que hace gala para nombrar a su alrededor individuos que posean virtudes de las que él carece.

Brasil

Este libro reúne dos ensayos para pensar los procesos socioeconómicos de Brasil y, por extensión, de toda la región: uno revisa el proceso de industrialización desde 1930, mientras que el otro procura describir el país actual. Para ello, el autor utiliza la figura del orritorrinco como metáfora de una sociedad híbrida, que posee una economía altamente financiarizada y a la vez mantiene los históricos patrones de pobreza y desigualdad. Oliveira, uno de los sociólogos más destacados de Brasil, plantea dos hipótesis: una que sostiene que las actividades rurales de subsistencia, el trabajo informal y la precarización de los salarios fueron los que subsidiaron el crecimiento de la industria y los servicios. Mientras que la segunda hipótesis se refiere a la emergencia de una nueva clase social, compuesta por técnicos, economistas y banqueros y por trabajadores transformados en operadores de fondos de pensión. Ambos determinan la identidad paradójica que adquiere el capitalismo en esta parte del mundo: el capital se financia con el dinero de los trabajadores, en tanto que el progreso sucede siempre en otro lugar, donde se produce la ciencia y la tecnología de avanzada. De rigurosa actualidad política, estos textos ofrecen un nuevo diagnóstico: el del proceso de modernización conservadora que profundiza las brechas del neoatraso.

viernes, 10 de abril de 2009

Argelia

Buteflika alcanza el 90% de los votos y consigue su tercera reelección
La oposición de Argelia denuncia fraudes y tacha los comicios de plebiscito
AGENCIAS - Argel - 10/04/2009

El presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, ha ganado las elecciones presidenciales con el 90,24% de los votos, según ha anunciado el Ministerio del Interior, por lo que consigue su tercera reelección.
Argel anuncia una participación del 74% en las presidenciales

No había ninguna de que Buteflika, de 72 años, lograría su tercer mandato. Solo competían con Buteflika cinco rivales con escaso peso político y menos recursos para llevar a cabo su campaña. El jefe del Estado argelino modificó la Constitución y suprimió el límite de dos mandatos presidenciales de cinco años, para presentarse con el apoyo de tres formaciones.
La oposición había anunciado fraude ante estas elecciones. Mousa Touati, uno de los cinco candidatos presidenciales y cuyo partido, el Frente Nacional Argelino, cuenta con 15 diputados en el Parlamento, denunció que el Gobierno había dado "instrucciones verbales" a los responsables de los colegios electorales en las diferentes regiones del país "para hacer que la tasa de participación alcance el 60%". Según los datos facilitados por el ministerio del Interior, la participación alcanzó ayer un 74,11% frente al 58,07% de los anteriores

miércoles, 8 de abril de 2009

RUANDA

Miles de muertos en un nuevo rebrote de la guerra civil entre tutsis y hutus en Ruanda
Estados Unidos y Canadá deciden evacuar a sus compatriotas en el país africano

Las Naciones Unidas acaban de cosechar un nuevo y terrible fracaso en Ruanda, donde los 2.500 cascos azules desplegados para impedir la reanudación de la guerra civil no han podido impedir que se desate una espiral en loquecedora de crímenes y pillajes. Diez sol dados belgas, 22 religiosos, numerosos nativos que trabajaban como cooperantes, la entera clase política ruandesa y casi todas las personalidades de la oposición democrática han sido asesinados. El país se halla sumido en el caos más absoluto. Según la Cruz Roja y Médicos sin Fronteras, los muertos son ya varios miles. Sin embargo, el Consejo de Seguridad anunció ayer que se había logrado un alto el fuego entre las facciones en lucha y el establecimiento de un Gobierno interino.

El Consejo de Seguridad estudiaba ayer las propuestas de secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, de reforzar los cascos azules en la zona y evacuar a los extranjeros en la zona. La fuerza de las Naciones Unidas está compuesta por soldados de Ghana, Bangladesh y Bélgica, estos últimos en número de 450, y se encuentra desplegada desde marzo de 1993. Estados Unidos ordenó ayer a sus ciudadanos que abandonen Ruanda y puso en práctica planes para proceder a su evacuación. Canadá adoptó la misma medida.Bélgica, el país que cuenta con mayor número de residentes extranjeros en Ruanda, y Francia, se preparaban también ayer para evacuar a los civiles, incluso mediante una acción militar de urgencia. Un Boeing 737 de Sabena, las líneas aéreas belgas, salió a mediodía hacia Entebbe, en la vecina Uganda, con el objetivo de establecer un puente aéreo para recoger a la población civil. Ochocientos paracaidistas se hallaban preparados para despegar, a la espera de órdenes del Gobierno belga, que mantuvo ayer una sesión de urgencia. Unos 1.500 belgas, en su mayoría cooperantes, viven en el pequeño país centroafricano.
Un suboficial francés y su esposa fueron asesinados ayer en su casa en Kigali, según Radio France Internacional. Sus muertes se suman a las de diez cascos azules belgas, que acompañaban a la también asesinada primera ministra Agathe Uwilingiyimana, eliminados el jueves en los primeros enfrentamientos. Otro casco azul se halla desaparecido.
Los combates, que empezaron en la capital tras el asesinato de los presidentes de Burundi y Ruanda, el pasado miércoles, se han extendido a otras ciudades. Aunque los combates tienen como protagonistas a las fuerzas del Frente Patriótico de Ruanda (FPR), pertenecientes a la etnia tutsi, por un lado, y de la guardia presidencial, de la etnia hutu, por el otro, se acompañan de numerosos ajustes de cuentas y matanzas de civiles. Ambas fuerzas se hallan fuertemente armadas y cuentan con artillería pesada, que ayer estuvo en acción en la capital, Kigali. Un delegado local de la Cruz Roja habló ayer de que los muertos "no son varios centenares, sino varios miles".Desaparece la élite política
Las fuerzas rebeldes tutsis, 600 soldados muy bien pertrechados y entrenados, se hallaban acantonadas cerca del Parlamento, separadas del Ejército gubernamental por los cascos azules. Tras la muerte del presidente, su guardia presidencial se ha lanzado a la caza de los partidarios de la transición democrática, mientras las fuerzas tutsis se ponían de nuevo en acción.
La entera élite política de Ruanda ha desaparecido en pocas horas, víctima de las ejecuciones sumarias. Los asesinatos se han perpetrado sistemáticamente, a partir de listas previamente preparadas por los militares, que han ido a buscar a las víctimas a sus domicilios. Numerosos ciudadanos ruandeses que trabajaban como colaboradores de organismos internacionales han sido asesinados. La violencia se ha dirigido también contra los religiosos locales, entre los que ya se cuentan 22 víctimas.
Radio Mil Colinas, inspirada en los sectores hutu más autoritarios, lleva haciendo campaña contra Bélgica desde hace meses, respondiendo a los puntos de vista de la guardia presidencial, contraria a la presencia de cascos azules. No es por tanto extraño que el comandante del contingente belga asegurara ayer que no considera necesaria la presencia de más tropas para asegurar la evacuación de civiles.
Hay calma total en Burundi, donde la población se halla aterrorizada por los acontecimientos de Ruanda y por la desaparición de su presidente, la segunda en medio año. El anterior, Melchior Ndadaye, fue asesinado el 21 de octubre pasado y le sucedió el fallecido Cyprien Ntaryamira.

sábado, 4 de abril de 2009

Venezuela

Un tribunal militar venezolano envía a prisión al opositor Raúl Baduel
El político, ex ministro de Defensa del presidente Hugo Chávez, es acusado de un supuesto delito de corrupción
EFE - Caracas - 04/04/2009

Raúl Baduel, ex ministro de Defensa del presidente venezolano Hugo Chávez y ahora en la oposición, ha sido enviado esta madrugada a prisión preventiva por un supuesto delito de corrupción. Los políticos opositores a Chávez han denunciado que sufren una persecución. La decisión de la justicia militar de ordenar el traslado del ex ministro a una cárcel castrense próxima a Caracas fue anunciada a la prensa por el abogado de Baduel, Omar Mora.

El defensor de general retirado indicó que el tribunal aceptó la medida privativa de libertad que solicitó la Fiscalía y desechó la "sustitutoria de libertad condicional" que él pedía. Según el abogado, las acusaciones formuladas por la Fiscalía militar contra Baduel por supuesta sustracción de fondos durante su gestión ministerial, no son más que una venganza política "por la oposición abierta" del ex ministro "al régimen de Chávez".
Las fuerzas de seguridad venezolanas apresaron a Baduel este jueves, en la ciudad de Maracay, donde reside, a unos 100 kilómetros al oeste de Caracas. El militar es considerado el artífice de la vuelta a la presidencia de Chávez tras el golpe de Estado de 2002 que lo derrocó durante 48 horas. Este arresto se ha sumado esta semana a la polémica situación del líder opositor Manuel Rosales, contra quien la Fiscalía ha solicitado una orden de detención.
Aprovechar la popularidad
Rosales, que fue candidato presidencial de la oposición en los comicios de diciembre de 2006 -que ganó Chávez-, se encuentra desde hace unos días "resguardado" en un lugar "seguro", según su partido, mientras diputados oficialistas lo acusan de haber huido del país. El analista Luis Vicente León opina que tanto el arresto de Baduel como el procesamiento de Rosales responden a una estrategia de Chávez, que quiere "mostrar su poder" e "intimidar" a sus adversarios. "El presidente venezolano busca aprovechar el momento en que se ha producido un incremento de su popularidad, después del referendo que el pasado 15 de febrero le abrió las puertas para aspirar a un nuevo mandato en 2012", declaró León.
Respecto a Rosales, León, que es director de Datanálisis, consideró que el dirigente opositor se encuentra ante "un dilema terrible", ya que si se entrega a la policía va a la cárcel porque está ya "pre-castigado", y si no se entrega "políticamente (esa decisión) lo destruye".

viernes, 3 de abril de 2009

Malasia

El nuevo primer ministro malaisio jura su cargo
Najib Razak sustituye a Abdulá Badawi que dejó el puesto por la crisis económica y las tensiones sociales


Najib Razak jura su cargo de primer ministro ante el rey Mizan Zainal Abidin en el palacio de Kuala Lumpur.- REUTERS
El hasta ahora viceprimer ministro malaisio, Najib Razak, ha jurado hoy su cargo como jefe del Ejecutivo después de que su predecesor, Abdulá Badawi, abandonase ayer definitivamente el puesto y dejase al país en plenas dificultades económicas y con unas crecientes divisiones raciales y religiosas.

En una ceremonia tradicional celebrada en el palacio nacional de Kuala Lumpur, Najib ha tomado posesión de su cargo ante la mirada del rey Mizan Zainal Abidin, que presidió el acto. "Me comprometo a cumplir mis obligaciones como primer ministro lo mejor que pueda y ofrezco toda mi lealtad al rey", ha afirmado Najib, de 55 años, vestido con el traje negro tradicional malayo.
Najib Razak se ha convertido en el sexto primer ministro del país desde que alcanzó la independencia en 1957. Tendrá que enfrentarse principalmente a la peor recesión desde la crisis financiera que afectó a los países asiáticos hace una década. La semana pasada, declaró ante los miembros de su partido que se encargaría de revitalizar Malasia y recordó la importancia que tiene el pueblo en el rumbo que tome el país. "La gente tiene el poder de determinar nuestro ascenso pero también nuestra caída", agregó.